viernes, 30 de marzo de 2007

El 61% de los españoles está en contra de que las niñas lleven velo en el aula


El Real Instituto El Cano ha presentado el barómetro de marzo en el que recoge la opinión de 1.200 personas y en esta ocasión ha salido un dato que me ha sorprendido gratamente: el 61% de la población es contraria a que las niñas lleven velo en los colegios. No es un gesto de islamofobia, ni mucho menos, porque solamente uno de cada cuatro encuestados cree, por ejemplo, que los musulmanes extranjeros no debería votar en las municipales. Es más bien una muestra de que la sociedad no quiere discriminación hacia la mujer (por lo menos no tan evidente, porque ahondando en otras preguntas quizás descrubriríamos cosillas del pasado), y de que cada vez es un poco más laica. Este último comentario está relacionado con también con otra respuesta: el 43% de la población no quiere crucifijos en las aulas.

¡Menos mal! Un país como éste, acostumbrado a sobrevivir a pesar de la Iglesia ya está empezando a decir que no quiere más. Las iglesias no están precisamente llenas durante la misa y ahora se percibe la petición de que haya una separación entre la religión y la vida cotidiana.

Me ha llamado la atención otra respuesta más. El 40% de los encuestados cree que la mezquita de Córcoba debería abrirse al culto musulmán. No está nada mal el dato teniendo en cuenta la negativa en redondo que ha habido desde el mundo católico al hacerse la propuesta. Aunque hay que tener en cuenta que hay otro 40% que vería mal ese doble culto y el resto de los encuestados no se pronuncia.

¿Se está volviendo realmente más laica la sociedad española?

12 comentarios:

Jose Antonio Carreras dijo...

Pues si, creo que en efecto la sociedad es cada vez más laica, y creo que es bueno en el mundo catolico y seria muy bueno en el mundo musulman, seguramente se habria evitado mucho derramamiento de sangre en la historia de la humanidad si fueramos mas laicos.

hacertadisimo articulo el que escribes, queda mucho por hacer en defensa de los derechos de las mujeres sobre todo en los estados musulmanes donde su integrismo religioso coloca a la mujer en un plano residual carente de derechos y cargada de obligaciones.
Un saludo.

Carmen dijo...

¡Hola! Creo que si vienen hasta aquí es para adaptarse a esta forma de vida, que tantos siglos nos ha costado conseguir a las mujeres. Sigo sin entender cómo muchas de ellas, hijas de inmigrantes nacidas ya en Occidente, ahora vuelven a pensar en velos como signos de identidad. La identidad no es la represión. Más bien me parece que es un signo de que nos llaman la atención pidiendo un hueco en la sociedad que entre todos no les damos porque siguen excluidos y sin perspectivas económicas que les dejen tener un futuro de esperanza.

Manuel Pozo dijo...

Siempre he tenido bastante reparo a la hora de opinar sobre religión. Arenas movedizas... Creo que al final todo se reduce a lo mismo: respeto. Si respetamos a los demás, seguro que nos repetarán a nosotros, seamos de la religión que seamos, si es que somos de alguna, o de varias, que todo puede ser... :) Al menos es mi manera de ver las cosas. Y si no nos repetan, no hay mejor desprecio que el no aprecio. ¿Para qué entrar en guerras o discusiones? No creo que nadie se ponga de acuerdo en estos temas tan profundos, ¿verdad?

Carmen dijo...

¿Qué tal Manuel? Claro que sí, el respeto sobre todo. Yo no planteo ninguna opinión fuera de este ámbito, pero respetar su creencia no debe estar ligado a esas manifestaciones externas que ofenden. Al menos, a mi me ofende ver a una mujer tapada porque los hombres no quieren que se luzca. Ese es el origen de la costumbre, tapar a la mujer para que no sea vista por otros hombres, es ese afán de tener escondida la propiedad y a salvo de otros. Y como eso me desespera estoy en contra de lo que significa. Pero en las creencias, total libertad para tener en conciencia cualquier religión. O ninguna, o como hacen los Cao Dai, todas a la vez.

Manuel Pozo dijo...

Claro, lo que pasa es que en muchos casos son ellas las que no quieren ir a rostro descubierto. Ya sé que es fruto de su educación, pero yo he visto cómo una mujer se moría de vergüenza cuando alguien la obligaba a descubrirse. Creo que debemos respetar a esas mujeres, e intentar cambiar en todo caso esa educación en la raíz, que sinceramente, no sé si nosotros tenemos potestad para ello. La verdad es que no lo sé. No sé si debemos meternos en esos asuntos. A nosotros nos parece aberrante, pero son otros pueblos, otras costumbres, otras creencias... Imagina que aquí se prohibieran las procesiones, o los crucifijos (ya sé que no es comparable). La que se montaría sería pequeña... Respeto, diálogo y educación, en ese orden, en mi opinión.

Carmen dijo...

Debate!!! Mmmm qué bien! Me encanta!
Sigamos.
Estoy, en parte, de acuerdo contigo. Hay que ir a la educación, y por eso hablo de no permitir que vayan a las aulas con pañuelo, ni a sus puestos de trabajo. Que se lo pongan en las mezquitas, o en sus casas si quieren, pero no en lugares públicos. Recuerda toda la hipocresía que había antes en nuestra sociedad, que no dejaba a las mujeres enseñar más arriba de la rodilla. Ahora, menos mal, enseñamos casi todo... El respeto a las tradiciones tiene un límite, que es el de los derechos humanos, la libertad individual que se decide sin imposiciones. Si nadie se hubiese metido con costumbres que teníamos aquí no habría divorcio, sin ir más lejos. No creo que todas las costumbres se deban mantener únicamente por eso, por ser una tradición. ¿Seguimos? (me encaaaaanta hablar y debatir)

Manuel Pozo dijo...

Vamos a ver... :-) (Y yo que decía que no opinaba de estas cosas...)

Estoy de acuerdo en que en este país hay cosas que no se deben permitir, porque las leyes son para todos igual. Quiero decir que si la ley dice que cualquier persona debe descubrirse, por ejemplo, para una identificación policial, hay que cumplirlo, porque si no, esto sería un caos, y para eso están las leyes. Si no estás dispuesto a asumir la ley de un país, lo mejor es que no vayas a ese país ¿verdad? Lo que pasa es que a mí me dan pena esas mujeres que han sido educadas de aquella manera y para las que ahora todo esto es muy difícil. ¿Cómo las vas a obligar a hacer algo que está en contra de todo lo que se les ha inculcado?

Se les abre las puertas a todo el mundo y se les permite continuar con sus costumbres y culturas... hasta que el pueblo dice NO. Y ahora ¿que? ¿Iniciamos una persecución? ¿Una guerra? Ahora es demasiado tarde. Esto había que haberlo pensado antes. Ahora sólo nos queda que con el tiempo, las personas se amolden poco a poco unos a otros en paz, respeto y educación.

Si en mi trabajo hubiera alguna mujer que viniera cubierta, en todo caso intentaría convencerla de que no tiene porqué hacerlo, y la invitaría a actuar en libertad. Pero no prohibiría su entrada al trabajo por el hecho de ir cubierta.

Carmen dijo...

Veamosss... (ya veo que de esto no quieres opinar, nada de nada) ¡Si te entiendo bien que eso era lo que yo pensaba antes! Pero ahora he cambiado precisamente pensando en ellas. No defiendo una imposición sin razón y sé que hay medidas que pueden resultar traumáticas cuando se toman. Pero el resultado de dejar que todo siga igual es eso, que no cambia. Dejar que llegasen con el velo a trabajar o al colegio sería seguir dándoles las razón a ellos, a los padres que no quieren mover sus costumbres. Y la gente que vive aquí, en Occidente, ya no es tan vergonzosa. Conozco, por ejemplo, a Malika, que es marroquí y que al entrar en mi casa se quita el pañuelo haya o no hombres delante. Pero sale a la calle y se lo pone, es solo una costumbre. Y también es una forma de relacionarse con otros musulmanes porque no quiere que ellos piensen que ella es una fresca. ¿¿¿????
¿Hay que mantener las costumbres a toda costa?

Manuel Pozo dijo...

Las costumbres son sólo costumbres y por naturaleza, cambian con el tiempo, así que supongo que lo mejor es no forzar nada y dejar que se acostumbren (y nos acostumbremos unos a otros) inevitablemente a un estilo de vida. Es cuando se fuerzan las cosas cuando la gente se aferra a las tradiciones.

Carmen dijo...

Debe ser que como ya he llegado a una edad, ejem ejem, empiezo a utilizar latiguillos y me repito a mi misma. El preámbulo es para contar que hay veces en que suelo decir que solamente tengo una vida y que me gustaría que determinadas cosas corriesen más para poder disfrutarlas. Es, por ejemplo, lo que digo cuando en una conversación sobre derechos de las mujeres responde alguien que ya hemos avanzado mucho y que únicamente tenemos que ver a nuestras madres y compararlas con nosotras para darnos cuenta de los cambios. Es evidente, es así, pero yo quisiera que esto fuese más rápido para que a las mujeres en general de mi edad (y, por supuesto todas) nos beneficiasen actitudes igualitarias. Pues lo mismo, jajaja, que quiero que corran más las tradiciones que deberían estar sepultadas en el más horrible pasado.
A las mujeres chinas les vendaban los pies... y se acabó por decreto con esa lacra que incluso las mataba.
Me sigo inclinando por la vía dura que lleve a una sociedad más justa. Pero únicamente ahí ehhh, que soy más pacífica!

Manuel Pozo dijo...

OK :D

Carmen dijo...

¡Jo! ¿ya? Vaaale...