sábado, 30 de octubre de 2010

Le gusta comerse mis cosas



Viene cuando quiere. Sin que le llame. Aparece de golpe, llega tan rápido que siempre pienso: "volando, llega volando". No se para demasiado a mirarme, aunque sé que de reojo no me pierde de vista. Se hace el remolón junto a mi, pero cuando intento acercarme se enfada. Huye. Me mantiene a una prudente distancia. Bien, pienso, ahora yo tampoco quiero tenerte cerca. Mejor mantenemos esa oportuna separación física y hacemos lo que a los dos nos gusta. Yo te miro y de ti ya sé lo que quieres... comerte mis cosas. Quieres acercarte allí. Quieres que te deje el paso libre para que la abraces, para que la chupes y la devores. Quieres comerte a mis florecillas.... a cambio me dejas verte. Me seduce tu color negro brillante.

jueves, 21 de octubre de 2010

Disparar


Nunca le enseñé a amar los disparos. Nunca le animé a pretender hacer caer al otro. Nunca le pedí que se deslizase hacia el suelo como si hubiese resultado herido. Nunca le propuse dar un puñetazo... pero le encanta hacerlo todo.
Se conforma con las pompas de jabón. Ahora.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Me despido de ella, por ahora


Hay despedidas realmente duras. Y ésta es una de ellas. Tengo que decir hasta luego a una compañera que siempre me es fiel... que está cuando la llamo... que me anima y me lleva a pequeños viajes de placer... que me llena la boca y pequeños trozos de mente.
Tengo que decirte hasta pronto... hasta el próximo verano... amiga cerveza!!!

viernes, 20 de agosto de 2010

¿Encontraré la vuelta?


¿Encontrarán mis letras el camino de vuelta a casa? Se fueron hace meses, a conocer mundo según me dijeron, y parece que alguna está volviendo. Las que han llegado tienen ganas de quedarse, pero noto que no están todas... y que las que llegaron no están sueltas. Vienen poco a poco, dicen que después de haber descansado de mi durante una buena temporada. Lo que temo es que chirríen, o que estén vagas... o lo que sería peor, ¡¡¡aburridas!!!
Les he hecho algún cambio en la casa para ver si las animo, pero mirad qué poco chic me ha quedado el invento.
Yo las llamo, las acuno, intento mimarlas... pero sobre todo ¡espero que os llamen hasta aquí!

viernes, 19 de febrero de 2010

Gusto por lo artificial




El color de una gran flor con un azul añil potente me llamó cuando andaba por la calle. La ví, enorme, básica, de dibujo aniñado. Y la miré.









Seguí andando y me encontré con un enorme árbol marrón. Sus hojas permanecían quietas a pesar del aire. Tenían un aspecto triste.












En el paseo, hacia el cielo miraba otra flor más. Ella me llamó con su blanco fuerte y su mirada altiva.



Lo que me asombró es que estaban dentro del Jardin Botánico... y que tenían más admiradores que las demás plantas.

lunes, 25 de enero de 2010

Y luego dicen que no se premia el esfuerzo...


Nunca agradeceré suficientemente al aburrimiento el que me dejase medio adormilada esta tarde frente a la tele. Entre la bruma divisé lo que parecían... ¡músculos!. Y sí... allí estaban.

Cuatro acaba de estrenar Valientes. Sé que va de tres hermanos, que son estos chicos tan, tan, tan todo que aparecen en la foto.

Qué barbaridad. No sé si podrían ser hermanos por la edad que tienen, que parece la misma, pero menudos genes se gastan.
Después de ellos aparecieron en pantalla una madre y su hija. Qué dos. Igualmente bellas, esbeltas y riquísimas.

Menuda porquería de conversación que han tenido todos. Vaya chasco de interpretación, sobre todo de los hermanísimos. Pero qué más da, me he dicho a mi misma... relájate y disfruta de la serie.

Para que luego digan que la sociedad actual no premia el esfuerzo. Si es lo único que han hecho estos tres, sudar y sudar con las pesas para luego salir en la pantalla.
Criticones sin argumentos.

domingo, 10 de enero de 2010

Nieve de corazón


Los copos de nieve que han caído esta noche sobre mi casa tienen forma de corazón. Me lo había parecido cuando los contemplaba desde el salón cayendo dulcemente sobre la terraza, pero necesitaba una prueba que lo demostrase. Nadie me creería si me limitaba a contarlo. Por eso me decidí a sacar la cámara que me han traído los Reyes y me dispuse a obtener una imagen irrefutable. Aquí está.


Quizá querían acariciar a estos peces. Son los que están colocados desde hace dos días en el cristal de la puerta de la terraza. Los peces se ven contentos teniendo la nieve detrás. Hasta tienen iluminados los colores. Los rojos del cangrejo. Y los azules de la ballena (no dejo que vea anuncios en la tele, a pesar de que la tiene justo enfrente, para que no piense en tristes dietas de adelgazamiento. Con lo preciosa que está. Menos mal que la ley audiovisual no va a permitir esa publicidad)




Mi aloe vera es el único que creo que está sufriendo.
Voy a resguardarlo de los copos.