Lo que más y mejor recuerdo de Paco es su sonrisa. La boca, habitualmente, le hacía un rictus hacia abajo que le daba ese aire de hombre extremadamente serio que todos comentaban. Lo que era. Y lo que no era. Paco tenía una responsabilidad hacia todo lo que hacía que ya ha quedado "anticuada". Le daba el arie que, de pronto, le quitaba la sonrisa. Cuando Paco subía los labios para reir, su rostro se volvía pícaro y su expresión jugaba a arrancarte a ti esa misma alegría.
Paco siempre llevaba unas gafas unas cuantas tallas más grandes que su cara.
Paco arrastró ética en su trabajo de periodista. Valoró su trabajo y su buen hacer lo suficiente como para no aceptar nunca un trabajo que atentase contra su dignidad profesional.
Quiso, y tanto, a los que tuvo cerca... a Milagros y a los dos hijos que tuvieron. Al hermoso y grande Javi; a su pequeña, mimada y adorada Irene.
Te estuve diciendo adiós hace apenas dos días. Te tocó morir cuando no tocaba. Y nos has dejada los ojos húmedos por ti. Amor Paco Palomo... y hasta la vista!
Paco siempre llevaba unas gafas unas cuantas tallas más grandes que su cara.
Paco arrastró ética en su trabajo de periodista. Valoró su trabajo y su buen hacer lo suficiente como para no aceptar nunca un trabajo que atentase contra su dignidad profesional.
Quiso, y tanto, a los que tuvo cerca... a Milagros y a los dos hijos que tuvieron. Al hermoso y grande Javi; a su pequeña, mimada y adorada Irene.
Te estuve diciendo adiós hace apenas dos días. Te tocó morir cuando no tocaba. Y nos has dejada los ojos húmedos por ti. Amor Paco Palomo... y hasta la vista!