jueves, 27 de diciembre de 2007

El olor de mi casa

Mi casa huele ahora como recuerdo el aroma de la de mi abuela. Cuando entras crees que te has equivocado y has vuelto a uno de esos pequeños pueblos en los que la panadería se divisa antes por el olfato que por la vista. Los que pasan junto a la cocina se sorprenden y preguntan: "¿Huele a pan?"
Síiiii. Recién hecho. Tostado, crujiente, integral de trigo con sésamo y con pipas... o de centeno y lino... o de la apretada espelta. Después de leer a frikosal todo fue ir a buscar una máquina poderosa que me volviese panadera. Y había una a muy buen precio (54 euros), lo que permitió hacer el experimento de comprar el aparato (hasta diseño tiene y todo... pega con el microondas porque es de alumnio y cristal... ayyyy.... ) para ver qué tal resultado daba.
Hay que reconocer que ha hecho falta más de una semana para que el pan salga realmente bueno, porque hubo que hacer experimentos con cantidades y no todo salió lo bien que debiera. Un trozo salió salado... otro demasiado duro... uno más tan compacto que servía de arma asesina... pero ya casi está lograda la piedra filosofal de la receta... ¿os cuento más???

viernes, 21 de diciembre de 2007

El rincón del viaje: Cholula



La pirámide más grande del mundo se esconde en una ciudad llamada la de las cúpulas. Es la ciudad de Cholula, en México, y la pirámide que se eleva sobre una colina es la que tiene mayor base del mundo. Supera en masa a las famosísimas pirámides de Egipto. Tiene cuatro veces más volumen que Keops.

Casi desconocida, la pirámide de Cholula es un ejemplo más de cómo los conquistadores llegaron al llamado Nuevo Mundo a imponer sus criterios. Hacía siglos que la pirámide se levantaba en Cholula, pero cuando llegaron los hombres de Hernán Cortés hicieron que en la cúspide se estableciera un templo en honor de la Virgen de los Remedios.

El cambio se produjo a finales del siglo XVI. Los católicos conquistadores dejaron claro a los indígenas que sus dioses y su religión iban a quedar también conquistados. Se calcula que la primera pirámide de Cholula se empezó a construir alrededor del año 200, pero de esa época de Teotihuacan apenas quedan ya unos restos de pintura coloreada.

Los conquistadores, al menos, no destruyeron la pirámide, probablemente porque lo que encontraron fueron restos de adobe de una construcción que se encontraba superpuesta a otra. Y dejaron que nos llegase hasta hoy.

Ahora se sabe que hay ocho kilómetros de túneles en esta pirámide. Angostos y oscuros, son uno de los principales atractivos para los turistas, que no quieren dejar de pasar por esos escondrijos en los que se guarda la historia de las pirámides superpuestas. Pero no siempre se han podido ver esos túneles cónicos. Fue hace apenas unos pocos años, a consecuencia de un terremoto, cuando se pudieron hacer análisis arqueológicos profundos en el corazón de la construcción, y cuando se decidió abrir al público uno de los secretos que más llamaban la atención.

Parte de las tripas de la pirámide más grande del mundo están ya a la vista. Y, como si de un pequeño Louvre se tratara, hay pirámides de cristal sobre el suelo que dejan ver las profundidades de la pirámide.

Cholula tiene además muchos otros encantos. Los conquistadores levantaron en el pueblo tantas iglesias como templos paganos encontraron. Eso cuenta la leyenda, que añade que se levantaron 39. Cholula, la ciudad de las cúpulas, lleva habitada 25 siglos ininterrumpidos. Y tanta historia da para mucho.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Obispos VIP


¿Los obispos no tienen voto de pobreza? Lo deben tener en el olvido, hace ya tanto tiempo que lo hicieron desde que fueron ordenados sacerdotes que se les ha olvidado. Qué palabra, ordenados ¿Fueron mandados ser? Pero no me quiero perder. No entiendo qué hace un obispo en la sala club del AVE. Y es la que usó la semana pasada el obispo de Sevilla Carlos Amigo Vallejo. Eso supone que en el desplazamiento entre Madrid y Sevilla ha invertido más de 125 euros, que sumados a los del viaje de vuelta suponen una cantidad para la que seguro que la iglesia tiene mejores destinos. ¿No puede el señor obispo viajar en turista? ¿O en autobús que es más barato aún? ¿No se mezcla con el común de los viajeros? ¿No tiene nada que decirles o es que teme lo que le puedan decir a él? ¿Qué hace un obispo en los compartimentos exclusivos y caros del tren ?

jueves, 13 de diciembre de 2007

No compremos niños

Los niños nos están desbancando a las mujeres en un triste record: el de reclamo publicitario. Prácticamente en uno de cada cuatro anuncios televisivos los niños aparecen en pantalla. Salen para anunciar coches, para animarnos a comprar acciones, para vendernos un seguro, como futuros conductores, como científicos que buscan soluciones milagrosas o como aventureros. Nos venden a nuestros niños como imagen de la candidez, la bondad, lo tierno... y lo hacen para que compremos. Nos ponen a niños para ablandar nuestro corazón de consumidores y para llegar hasta el cerebro de los pequeños y que ellos en la tienda lloren para que compremos una marca determinada.
Y no estamos reclamando por ellos que cese este comercio. Un comercio que, además, como ha destacado un grupo de pediatras de Jerez de la Frontera que ha analizado anuncios de televisión, reproduce los cánones más antiguos. Los niños de los anuncios aparecen como personas activas, imaginativas, inquietas, valientes y aventureras. Las niñas se reservan el papel de sumisas, tranquilas, amables... y, lo peor, sensuales!!! En un anuncio puede aparecer totalmente descarada una niña en minifalda y top insinuándose delante de un micrófono mientras canta.
Ahora que nos inunda la publicidad, boicoteemos los productos que usan a los niños... es todo lo que, de momento, se me ocurre hacer...

lunes, 10 de diciembre de 2007

La ciudad excesiva



La ciudad está fea, está incómoda, está abarrotada y despistada, está perdida entre el mar de compras y anhelos. Estos últimos días han sido un abuso para las abarrotadas calles del centro que no podían soportar tanto peso humano y de palabras sobre iluminación, sobre fiestas, sobre planes futuros. Los escaparates no aguantaban una mirada de deseo más. Los bares han explotado de bullicio y se han obsesionado con las voces. Los autobuses renqueaban bajo el peso de abrigos y bufandas. Los museos han planteado un comité de quejas por el exceso de murmullo en las salas... y este es solo el principio de lo que sufriremos hasta cuándo...

Foto de: 20minutos.

domingo, 2 de diciembre de 2007

El rincón del viaje: Yazd


El adobe sigue en pie en Yazd, una de las ciudades más auténticas de Irán. Entre los edificios levantados con el barro de la tierra resaltan y admiran las grandes torres que tiene cada uno de sus edificios. La pregunta surge inmediatamente. ¿Qué son esas torres de adobe que se pegan a cada casa? Pues nada más y nada menos que uno de los más ingeniosos sistemas de ventilación de la historia. En su interior, hay corrientes de aire frío que refrescan los interminables y artormentadores días de calor en verano; mientras que el aire caliente aporta confort en las jornadas frías del invierno.

Las calles son estrechas en Yazd. Componen vericuetos sin asfaltar en los que se resguarda la temperatura y se esconden los niños. Juegan entre el polvo de unas callejuelas de color marrón anaranjado en las que se reparten las tiendas de las plantas bajas. Curiosas para el ojo del visitante son las panaderías. El pan que se hace en la ciudad es redondo, y enorme. Los niños van a comprarlo cada día y lo transportan sobre su cabeza. De esa forma, parece que los pequeños llevan enormes y finísimos sombreros sobre su pelo oscuro. Sus siluetas elegantes, con los panes bien sujetos, se cruzan con hombres que van al trabajo y con las mujeres que hacen recados. En Irán las mujeres no pueden enseñar la piel, ni el pelo. Están sometidas a rigurosas normas morales y legales que prácticamente les impiden vivir sin un hombre a su lado.

Yazd es una ciudad todavía muy poco turística en el ya de por si poco turístico Irán, pero precisamente por eso una visita por sus viejas calles permite acercarse a un país demasiado desconocido. La ciudad vieja de Yazd está separada de la nueva por una antiquísima torre de vigilancia a la que se puede subir. Desde arriba se descubre el entramado de callejas y, sin pagar las costosas entradas de torres como las de cualquier ciudad Europea, se puede disfrutar de un ambiente sin contaminación visual. Las chimeneas, las torres, los tejados… todo se abre para ser visto y disfrutado.

En el viejo Yazd la llegada de turistas se vive como un acontecimiento, y la noticia corre rápido entre los comercios y entre los más jóvenes. Los que estudian inglés pueden acercarse tímidos para ensayar una lengua que es muy poco hablada aún en Irán. Y ellos ponen al corriente de muchas costumbres de su país. Un país amable y educado, con hábitos muy alejados de los nuestros. Por ejemplo, nunca hay que olvidar en Irán que pagar no es una tarea fácil. Abonar una compra o la cuenta del taxi exige tres intentos.

Sí, hay que ofrecer tres veces el dinero, porque el comerciante dirá que no dos veces antes de terminar de aceptarlo. Es una norma de cortesía que no hay que confundir con una negativa a que les paguen. Si alguien se va de una tienda sin abonar la compra porque no sabe esta norma, tendrá detrás al dependiente exigiendo el dinero. El rechazo inicial es sólo cortés. Y ésta es sólo una de las diferencias de un país único como Irán.