miércoles, 4 de abril de 2007

El rincón del viaje: Sighisoara




Ya me tocan las vacaciones! Os dejo mientras un viaje que me encantó:


En Sighisoara nació en 1431 uno de los personajes más siniestros de la historia de la humanidad: Vlad Chepes. Puede que este nombre no te diga mucho, o que simplemente te parezca familiar ... pero si decimos que es el Conde Drácula, se identifica rápidamente. Esta pequeña ciudad rumana que apenas llega a los 40.000 habitantes no tiene la culpa de contar con ese espeluznante nacimiento, aunque ahora se aproveche económicamente de su fama, y sin duda merece pasar un tiempo en ella. La Rumanía medieval se mantiene en las calles de los dos barrios de Sighisoara, el alto y el bajo, rodeados de árboles de un verde intenso que hacen que sea increíble cualquier lugar sobre el que se pose la mirada.

La ciudadela de Sighisoara es patrimonio de la Humanidad y mezcla en sus calles la arquitectura gótica con la barroca y la renacentista. Sobre todos los edificios destaca la torre del reloj, construida en el siglo XIV y a la que se puede subir para disfrutar de las vistas. En la barandilla de la torre -mientras se ven las montañas y la riqueza verde- se puede disfrutar de un agradable juego. En pequeñas placas se ha puesto la dirección en la que se encuentran las principales ciudades del mundo, y, además, se cuentan los kilómetros de distancia que hay entre Sighisoara y Pekín, Moscú o Sydney.

Al bajar de la torre la mirada se encuentra inevitablemente con una fachada de color naranja. No es otra que la supuesta casa en la que nació el temible Conde Drácula. Lamentablemente, el turismo ha hecho una mella irrecuperable en el edificio, convertido en un abarrotado restaurante. Todos quieren tomar algo en la casa en la que se dice que nació el empalador, y ahora es un bar más. Con algunos restos de frescos que merece la pena ver pero que tampoco son de la época del conde. De todas formas, es casi inevitable una foto ante la placa de la casa, que si en algo es ahora siniestra es por la cantidad de extranjeros que quiere tomar allí una cerveza.

Mucho más productivo en Sighisoara es pasear por los alrededores de la casa donde lloró por primera vez Drácula. Así se encontrará el pasillo de madera del siglo XVII que conecta el pueblo con una colina en la que hubo una escuela. En el pueblo construyeron el pasillo cubierto -y formado por 175 escalones- para que los niños no se mojasen en invierno. Arriba, cuando se sale del increíble pasillo cubierto, aparece un cementerio que parece poblado de hadas. Está en silencio, pocos suben hasta allí, y permanece cubierto de hierba verde, de helechos, de plantas que crecen escondiendo piedras. Hay quietud y bruma. Y… no, allí no está enterrado el Conde, se puede pasear sin miedo.

A Drácula lo encumbró el escritor Bram Stoker en el siglo XIX. Desde entonces ha atemorizado los sueños de millones de niños mezclando la leyenda con los pocos hechos reales que del personaje auténtico se conocen. Gobernó con crueldad y despotismo y la imaginación de Stoker hizo de la maldad una leyenda. Sighisoara, un bello rincón rumano, probablemente no sería apenas visitado hoy si no contase con el atractivo de ser la cuna del bebedor de sangre. Y eso, a pesar de ser uno de los rincones con encanto propio dentro de este planeta.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para su información: Vlad Tepes no ha sido un personaje funesto en la historia de Rumania, mas bien a sido uno de los príncipes más grandes que ha dado al país su dinastía. Aparte de establecer por primera vez la capital del país en Bucarest, ha sido el responsable de realizar un amplio proceso de reforma y modernización de la corte.

El hecho de que se le atribuye la personalidad de un vampiro solamente se debe a la imaginación de un èscritor´ (que por cierto, hubíese podido elegir un personaje anónimo o fictício) y a la conocida inflexibilidad del príncipe ante los ladrones, los espías y los turcos y demás enemigos que pretendían subyugar el país y a los castigaba con la muerte.

Por lo tanto, no da miedo en nada pasearse por las calles de Sighisoara y es más bien un honor para cualquier viajero poder pisar por donde un gran visionario y reformador ha pisado; es lugar de reflexión para nosotros, los rumanos, y a muchos nos da aún vergüenza por la forma como se propaga un grán error y una injusticía con ese gran hombre, con la uníca motivación de `fomentar el turismo´.

Realmente me da pena ver que los viajeros no se preparan antes de comenzar un viaje y van atraídos a las ciegas ilusionados y contentos solo con ver y creer cuentos.

Anónimo dijo...

No es que sea una gran conocedora de la historia rumana, ni de la figura de Vlad Tepes... Llevo viviendo apenas tres semanas en Bucarest y parece mentira la cantidad de monasterios, castillos y lugares que se hacen eco de esta figura histórica... Fuera o no un gran lider, tan mal me parece seguir la imaginación de un escritor (que creo que no es el caso) como enaltecer a alguien que mató a miles de personas y era tan retorcido como para empalar sus cabezas en los campos de batalla. Eran otros tiempos, en los que este tipo de violencia intestinal y despiadada tenía otro sentido... Y haría mucho por este país... pero a cada cual en su sitio. Que fuera visionario dirigiendo la estrategia de un país medieval, no le quita tiranidad.

Anónimo dijo...

1.
... es sencillo hablar de otros...
En esos tiempos los españoles mataban "a elección" en Sud-America, asi como en su própio país. Te dice algo la palabra "inquisición" ???
2.
Dracula como personaje existió mucho antes que el gran principe Vlad.
Bram Stocker? Quíen es este ???