No me gustan los grupos grandes... excepto cuando soy un diminuto ser dentro de ellos. Vistos desde fuera son ruidosos y excesivos; son medidamente alegres y aprendidamente educados. Hoy en el restaurante nos ha tocado al lado de una celebración con niños vestidos de inmaculado azul; jovencitas con vestido ajustado y sandalias nuevas de las que aprietan; maduros con el lacoste recién comprado y mayores que regañan por todo el tiempo que ha pasado sin que se junte la familia. Qué arroz con carabineros tan poco disfrutado entre risas y gritos... ¿deberían avisar cuando reservas que te van a sentar al lado de ellos?
5 comentarios:
Me temo que ese tipo de grupos los hemos sufrido todos alguna vez. Aunque para recompensarnos de esas cosas están las celebraciones de otro tipo, como la de haber ganado la Eurocopa anoche o los premios que te he concedido en mi blog. Pásate cuando quieras a recogerlos ¡Guapa!
Ayer Madrid parecia fin de año, si a mi me gusta la incididualidad pero aveces no esta mal las muchedumbres...un poco de todo!!
Buff... calla, calla... que aquí tengo que reconocer que alguna vez he sido miembor involuntario de algún grupo de estos... y me daba vergüenza ajena estar allí en medio, viendo (y escuchando) las voces que pegaban mientras el resto de las mesas te miran con asombro...
Y es que vaya manía tenemos, en este país, de decirlo todo a gritos y compartir nuestros temas personales con los que comen a nuestro lado...
Voy a mirar esos premios!!! Qué ilusión ayyyyy
atikus... muchedumbres... pero a la hora de comer???
Manu, ya, si todos pasamos por ahí... pero qué malllll ;)
jajaja, la verdad es que no tienes que rendirte, a no ser que tu vayas en otro grupo, en cuyo caso hay que rivalizar.
Espero que al menos no fumaran.
Abrazos.
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