El adobe sigue en pie en Yazd, una de las ciudades más auténticas de Irán. Entre los edificios levantados con el barro de la tierra resaltan y admiran las grandes torres que tiene cada uno de sus edificios. La pregunta surge inmediatamente. ¿Qué son esas torres de adobe que se pegan a cada casa? Pues nada más y nada menos que uno de los más ingeniosos sistemas de ventilación de la historia. En su interior, hay corrientes de aire frío que refrescan los interminables y artormentadores días de calor en verano; mientras que el aire caliente aporta confort en las jornadas frías del invierno.
Las calles son estrechas en Yazd. Componen vericuetos sin asfaltar en los que se resguarda la temperatura y se esconden los niños. Juegan entre el polvo de unas callejuelas de color marrón anaranjado en las que se reparten las tiendas de las plantas bajas. Curiosas para el ojo del visitante son las panaderías. El pan que se hace en la ciudad es redondo, y enorme. Los niños van a comprarlo cada día y lo transportan sobre su cabeza. De esa forma, parece que los pequeños llevan enormes y finísimos sombreros sobre su pelo oscuro. Sus siluetas elegantes, con los panes bien sujetos, se cruzan con hombres que van al trabajo y con las mujeres que hacen recados. En Irán las mujeres no pueden enseñar la piel, ni el pelo. Están sometidas a rigurosas normas morales y legales que prácticamente les impiden vivir sin un hombre a su lado.
Yazd es una ciudad todavía muy poco turística en el ya de por si poco turístico Irán, pero precisamente por eso una visita por sus viejas calles permite acercarse a un país demasiado desconocido. La ciudad vieja de Yazd está separada de la nueva por una antiquísima torre de vigilancia a la que se puede subir. Desde arriba se descubre el entramado de callejas y, sin pagar las costosas entradas de torres como las de cualquier ciudad Europea, se puede disfrutar de un ambiente sin contaminación visual. Las chimeneas, las torres, los tejados… todo se abre para ser visto y disfrutado.
En el viejo Yazd la llegada de turistas se vive como un acontecimiento, y la noticia corre rápido entre los comercios y entre los más jóvenes. Los que estudian inglés pueden acercarse tímidos para ensayar una lengua que es muy poco hablada aún en Irán. Y ellos ponen al corriente de muchas costumbres de su país. Un país amable y educado, con hábitos muy alejados de los nuestros. Por ejemplo, nunca hay que olvidar en Irán que pagar no es una tarea fácil. Abonar una compra o la cuenta del taxi exige tres intentos.
Sí, hay que ofrecer tres veces el dinero, porque el comerciante dirá que no dos veces antes de terminar de aceptarlo. Es una norma de cortesía que no hay que confundir con una negativa a que les paguen. Si alguien se va de una tienda sin abonar la compra porque no sabe esta norma, tendrá detrás al dependiente exigiendo el dinero. El rechazo inicial es sólo cortés. Y ésta es sólo una de las diferencias de un país único como Irán.
16 comentarios:
Toma ya pedazo de reportaje.
:)
Gracias.
Carmen... ¿comprobaste si es cierto que las alfombras persas pueden volar...?
Lemos... lo que es un gusto es leer mensajes como este tuyo. Gracias a ti! Besitosssss persas.
Carrascus... claro que pueden, pero no todas. Vuelan únicamente algunas que saben distinguir a los que están dispuestos a volar sobre ellas. Besos con alas...
Me interesan sobretodo esas torres. Tienes mas informacion? En la foto no estoy seguro de distinguirlas.
Coincido con le mosquito, vaya relato bien contado y perfectamente descrito.
¿Has pensado en escribir un libro de viajes?,
Besos.
que maravillosa y EFICAZ arquitectura...
Los antiguos tiene tanto que enseñarnos...a hacer las cosas con la ccabeza y no "con los pies", por ejemplo, a aunar belleza y practicidad, por ejemplo...
Buff!! pero que lejos estamos de todo ellos, la verdad...
precioso reportaje, si señora!
Hola Friko! Mmmmm... ¿has visto a muchos periodistas profundizar en los temas? ;) No sé mucho más de estas torres, ùnicamente que es un sistema antiquísimo, milenario, que en la foto se ve a través de la torre de la izquierda. Yazd es una ciudad ejemplo de estas torres eólicas y hay estudios publicados por Mehdi N. Bahadori.
jabel.... ya me gustaría. Esa es la ilusión de mi vida, tener medios suficientes para dedicarme a viajar y escribir sobre viajes... peeeero de momento me quedo aquí anclada! Besitosss
Nanci, somos dados a despreciar los sistemas tradicionales porque no tienen electricidad, que es tan moderna... pero nuestra forma de construir nos pasa factura! Besitos encanto!
aqui viene algo
Hace unos dias que todo el mundo habla de arquitectura! Echa un vistazo, está interesante.
Una lástima que los intereses políticos no nos permitan descubrir culturas así tan fácilmente como las describes tú, y sólo dejen traslucir lo negativo y lo atrasado. Cuánto tenemos que aprender. Gracias, Carmen, por la lección. Me gusta el sistema de pago a la 3ª por cortesía, lo desconocía.
Besos
Friko: el enlace no me funciona. No sé si será un problema puntual.
:)
Friko... que el enlace no va... ¿nos lo repites??
Curro es lo increíble que tiene viajar, que ves y que es más complicado que nos digan que las cosas son de una única manera... y te diviertes con otras costumbres... si es que es una gozada... besos viajeros.
Si, es aqui.
Estuvieron unos amigos míos hace un año, la verdades que me dieron mucha envidia, tendría que estar alli, joooooo!!!
Oye, pues para ser mujer de caverna (prehistórica, como tú dices) te lo montas muy bien
Me ha gustado mucho
Me lo he pasado pipa leyendo este post, Carmen. Créeme que es de los más frescos e interesantes que he leído nunca.
Quiero máaaaaas.
Besos sedientos.
atikus, no siempre es posible ¿verdad? Una pena perderse una experiencia así... pero quedan oportunidades, muchiiiisimas.... besitosss.
Trenti, las cavernas son amplias, se interconectan... besiness
Tan, siempre pensé que las entradas de viajes no interesaban demasiado... pero ante esa petición tan apetitosa volveréeeeee..... besos de agua.
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