miércoles, 13 de junio de 2007

No me relajo con sus dedos

No consigo acostumbrarme a mantener cualquier conversación banal con él mientras tiene metidos los dedos en mi vagina. Sí, es un músculo elástico, pero cuando entran así, con prisas y sin mirar, parece que quiere cerrarse sin remedio. Tengo que concentrarme para decirles a las terminales nerviosas que no pasa nada, que hay que dejarse llevar. Pero se complica todo más si al mismo tiempo tengo que mantener una conversación medianamente coherente, que además suele centrarse en la profesión.

“¿Qué tal va el periodismo?” . Suele ser su primera pregunta, así, nada más desnudarme y quedar tendida ante él. “Pues… fatal”, suelo responder de forma atolondrada mientras voy notando como introduce, sin ninguna lentitud, unos dedos que mueve frenéticamente de un lado a otro.

Imposible quedarse concentrada así, pensando en dejar los músculos relajados. Porque además él, imagino que sin intención, me pregunta por la profesión, y ese es un tema que me pone los pelos de punta. No sé… podría intentar relajarme preguntándome por las últimas declaraciones de Aznar… Podría probar. Pero no, pregunta por la profesión.

No arregla nada, ni mucho menos, cuando sus manos se dirigen hacia el pecho pasados unos minutos. Mientras toca, aquí sí con cuidado, suavemente pero con intensidad, primero un pecho y luego el otro, la conversación se mantiene (invariablemente) en grandes figuras conocidas del mundo de la prensa para decir: "¡Ay que ver qué bien pagado está el Gabilondo…"

Ya da más igual si los músculos están tensos, pero es que ahora me mira directamente a los ojos. Sus ojos sobre los míos, su mano en mi pecho y yo respondiendo qué se yo qué.

Su mirada entonces me taladra, dejando el cerebro como líquido, las neuronas intentan no ahogarse y la lengua dice cualquier cosa dando la sensación de que la coordinación mental se quedó, probablemente, en la puerta.

El sigue tranquilamente. Además, sonríe. Es agradable. Quiere hacerme pasar un buen momento. Quiere que me olvide de todo, por eso habla con familiaridad y mira a los ojos… pero no consigo relajarme en las visitas que hago al ginecólogo. Y voy esta tarde.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué te sea leve señorita. A mi ya me jode ir al dentista (ayer tocó y aún ahora estoy de mal genio) así que ya imagino lo incómodas que tienen que ser estas experiencias...

Mad Hatter dijo...

Pero qué malos sois los periodistas, dejando siempre el meollo de la cuestión para el final.
¡Jo! Después de esto, mis dibujitos de críos y gatos, parecen todavía más ñoños.
Pues nada, que la toquen a usted bien, agradable, relajada y profesionalmente ¿Cómo podrán?
Supongo que la cosa sería más relajada si se tratase de una ginecóloga ¿No?

Anónimo dijo...

Estoy contigo José María (quien quiera que seas). A mí me pasó lo mismo ayer, con el agravante de que me pilló por sorpresa el tío al decirme que de empastar o arreglar, nada... fuera con ella... y era la muela del juicio de abajo a la derecha. Se me ha quedado un cráter ahí, tan ancho y profundo, que ríete tú de la vagina dilatada de Carmen... con perdón, eh!

atikus dijo...

Te pasa sólo con el ginecólogo, o algún amante es tan rollo?

digo yo que la confianza ademas de dar asco, aburre, no se no se...

Carmen dijo...

Josemaría, no sé si te lo imaginas ;) Desde luego la experiencia dental tampoco es gratificante... no, no.

Mad, me han tocado, y bueno... gratificante no es, pero es delicado. Y no es más relajado si es mujer, imagina todo eso, pero encima siendo tía... es que no me gustan! He tenido ginecólogos y ginecólogas, que ya llevo unos cuantos, y la relación no es mucho mejor. No es vergüenza, es otra cosa, es que te invaden la intimidad directa y totalmente...

Carrascus... besitos suaves (con permiso de la señora Carrascus), para esa mejilla dolorida. Creo que hasta es peor que lo de mi vagina, sí sí. Cariño y suavidad para el sufriente...

atikus, únicamente me pasa con el ginecólogo. A los amantes los he elegido siempre bien. Es significativo lo que hacen con las lenguas y las bocas en los primeros besos, por eso ya cuando van bajando es más fácil intuir qué tal lo harán...

Miguel Angel Truhan dijo...

das y no das con esas gafas de saldo, te lo crees pero sales mal parada

Anónimo dijo...

Se agradecen esos besitos... la verdad es que sigue dolorida y serían un alivio.

Le Mosquito dijo...

Quizás este comentario debería hacerlo Mosquita, pero ella no vuela de blog en blog, así que intentaré trasladar la idea que acerca de esta experiencia tiene, y por mi interpretada en conversaciones sobre este asunto.
Ella coincide contigo en cuanto a no sentirse mejor con ginecólogas, y añadiría que, frecuentemente, se ha sentido peor.
Por lo demás, muy parecido, sólo que las preguntas profesionales tienden hacia su trabajo como maestra:
¿Tienes muchos alumnos? ¿De qué edades? ¿Son revoltosos? ¿Essstásss de los nerviossss? A los médicos y los maestros nos ocurre un poco igual ¿verdad? no nos respeta nadie...
Y ahí es cuando ya ha entrado de golpe; y como venganza, probablemente, sobre alguna experiencia negativa con algun/a maestro/ de su infancia. Sí.
Mi experiencia sobre este tema pasa por haberle dicho de todo, menos bonito, a un ginecólogo que me soltó una frasecita, y mientras Mosquita "reposaba" sobre la camilla, al lado, y quejándose por unos dolores (legrado: tenemos un record de embarazos fallidos).
La frasecita:
"Essstasss mujeres no aguantan nada; ya sabes"
¡Qué hideputa!. Me costó trabajo no encasquetarle el vademécum en la cocorota.

Manuel Pozo dijo...

Qué bueno. Qué bien escrito. Me has engañado hasta el final. Me he reído.

Pues nada... ¡ánimo!

:)

joan dijo...

carmen, final de feliz de la peli ?, a veces no es miedo a los médicos, es miedo a lo que nos digan, los humanos tan fuertes y dueños del mundo y cualquier enfermedad o problema nos acojona, te deseo lo mejor y muchísima salud, para que cuando seas viejecita sigas escribiendo cosas tan bonitas, lo de la visita al ginecólogo para un guión de una peli. Salud

Carmen dijo...

carrascus, seguro que hoy ya estás hecho un fiera... pero más besos (por si las moscas, es que no puedo decir por si los mosquitos, vayamos a ofenderle a él)

Lemosss... este tema está bien discutirlo en pareja. Y a ese ginecólogo, directamente, tendrías que haberle partido la cara o la neurona .

Manuel...ya pasó todo! (Hasta la próxima) jooooo

Joan, nada, todo correcto, eran esas revisiones de rutina para que nos digan que tenemos todo estupendo.

yinyang mason dijo...

Jajajajajaja... ¡Qué grande eres! No sé tus escalas, por lo tanto eres muy dueña, de ir por ahí diciendo que la tengo muy pequeña...

Manu, The Java Real Machine dijo...

Madre... cuando he empezado a leer he pensado... '¡coño! (como expresión de sorpresa), ¿en qué blog me he metido?'...

Por un momento pensaba que estaba en los blogs de Playboy o algo así... :P

La verdad es que para las mujeres tiene que ser un trago... no me extraña que cada vez más mujeres prefieran ir a una ginecóloga...