jueves, 21 de junio de 2007

.... otras comidas


Esto de leer blog está empezando a afectarme. No sé si en las neuronas o en las hormonas, pero en algo que tiene tinte de grave. Y vayamos a comprobarlo. Leo entradas estupendas como las de fricosal sobre escarabajos, y de microalgo sobre comidas renacentistas, y a mi se me ocurre pensar en las cosas más asquerosas que me he metido en la boca en la vida. Y como en toda esta mañana no se me ha quitado de la mente la imagen de esas esencias repugnantes, voy a intentar el exorcismo de contarlas a ver si desaparecen. Aquí van las recetas:

  1. Carne de camello con pelo largo. La especialidad la degustamos un caluroso día de septiembre después de atravesar el desierto de Ramlat as Sab´Atayn en Yemen. La salida fue de madrugada en un todoterreno que nos llevó por decenas de kilómetros de suave arena cortada por el horizonte de uno de los cielos azules más intensos que recuerdo. La salida de esa inmensidad dorada eran cuatro paredes en las que se servía cada día la comida disponible. Lo que fuese. Que era lo que comían los camioneros que hacen la ruta del desierto transportando mercancías. Ese día la comida era arroz sobre el que bailaban trozos de carne de camello con pelos. No debieron tener tiempo de depilar a todo el animal antes de quemarlo, literalmente, sobre unas lenguas de fuego que salían de unos agujeros que tendrían que ser los fogones.
  2. Cabra hervida. Mismo país. Yemen es que, en gastronomía, es especial. Situación similar de ausencia total de garito para comer después de la última cena (como queda eso, eh, última cena), y aparecen otras cuatro paredes que recubren un amplio lugar sucio, más repleto de moscas inmensas que de comensales. Lo que hay vuelve a ser lo que hay, y aparecen los platos de cabra hervida. El intento de agarrar un trozo de carne requiere habilidad. La carne resbala al contacto con los dedos. Se impregna de la historia de restos acumulados sobre la mesa. Pero ni eso le da sabor. Ni eso quita dureza.
  3. No. Ya no es Yemen. Nos vamos a Vietnam. La serpiente es un plato exquisito, valoradísimo en el país, preparado con mimo a precios astronómicos con innumerables recetas. Nos hicieron degustación con serpiente cocida, guisada, especiada… riquísima.

- Carmen, tía… ¿no decías que cosas repelentes que hayan entrado en tu boca? Pues no dices que sea asquerosa.

- NO, es cierto, no lo es.

La cuestión no es la serpiente comida, sino la serpiente bebida. Cuatro de la tarde con un calor que sale de las neuronas o que está metido en ellas. Después de una deliciosa comida en un local de pequeña ciudad, los dueños ofrecen una bebida. Se acepta, claro. Y aparece un bidón de plástico relleno de un líquido turbio, entre blanco, gris y negro. Lo negro no es el líquido. Si lo miras bien son las serpientes que le están dando sabor al puro alcohol. Del bidón sale un líquido espeso, con aspecto de babilla, caliente y, aseguran, buenísimo. A mi se me quedó lo de caliente y baboso.

¿Más? ¿Y las vuestras?

20 comentarios:

Le Mosquito dijo...

Mi padre fue aficionado a comer exquisiteces que hoy no deben/pueden comerse en Iberia, y por, se me ocurren, dos razones.
- El lagarto y las serpientes (aquí, culebras) están protegidas, por fortuna, hoy en día. (Antaño abundaban, y no se abusaban, excepto cuando eran eliminadas sistemáticamente por ser consideradas "alimañas").

- La también afortunada falta de hambre actual(...) y el asquito que se tiene a estos bichos.

Así, y sin salir de aquí, comí junto a mi padre un tipo de lagarto y varios de culebras. No lo recuerdo ni como bueno ni como malo, sólo como un alimento más que ayudaba a mi madre a llegar a fin de mes. Por cierto: aún con estas ayudas, llegábamos a fin de mes un poco escuálidos.

Anónimo dijo...

El cuy peruano (http://es.wikipedia.org/wiki/Cuy) es una especie de cobaya. En los restaurantes típicos donde los hace suelen tenerlos vivos en jaulas de cristal o terrarios y tienen un aspecto la mar de simpáticos. Asados, doy fe de ello, están deliciosos. Algo escasos pero deliciosos.

Por cierto: ¿Te has parado a pensar en el aspecto de caracoles, langostinos, percebes, etc. y la impresión que te provocaría comerlos si culturalmente no estuviera tan aceptado y difundido?

Carmen dijo...

Lemos... las serpientes están buenas. Al menos las que yo comí tenían buen sabor, sobre todo unas que cocinaron como si fuesen carne picada y estaban llenas de hierbas aromáticas. Si no recuerdas los sabores, será que no eran desagradables. Y sí, también en mi casa llegaban escuálidos con un sueldo único y como los de entonces, bastante escasillo.

Josemaría, eso no vale. Si estaban deliciosos no vale. Son cosas asquerosas. También el camello bien cocinado tiene un pase, ya no lo tiene si está acompañado de pelillos.
Y no vale meterse con esos caracoles que tanto nos gustan a los dos. Esos con caldo... mmm....

atikus dijo...

Bueno he comido cosas muy normalitas normalmente cuando salgo fuera, aunque típicas del pais (nada de mac-donals (bueno eso ni aqui, por favor!!)
La verdad es que hay curiosidades suficientemente raras aqui, callos, caracoles, sesos...

Bueno voy a contar una gracia que me ocurrió en la costa norte de Méjico cerca de Tijuana, en un puerto pesquero, estaba con un amigo y queríamos tomar algo de pescado, y mirabamos en los puestos de pescadores donde además servian algo de comer. Se nos notaba la pinta de güiris-no yanquis a la legua un huevo y me pregunta una señora ¿seviche?...yo le entendi que si era de Sevilla, y le digo, no Madrid!!, mi amigo que era mas listo y que conocía el plato típico sobre todo de Peru, pero también de muchos países Latinos a base de Mariscos o Pescados, ya le dijo que si :)

atikus dijo...

ya, ya se que o he comentado nada asqueroso, jejeje...

Anónimo dijo...

Hay que ver...! con la de cosas buenas que hay por el mundo, no entiendo el porqué de ir por ahí comiendo guarrerías...

En fin... yo lo más asqueroso que he comido ha sido el gusano que queda en la botella de mezcal después de haberla vaciado... y supongo que sería debido precisamente a eso, a los efectos producidos por haberla vaciado...

No sé si el alcohol me había quitado ya el gusto, pero en realidad no sabía a nada especial, solo recuerdo que estaba crujiente.

Anónimo dijo...

Y, hablando de comidas, imagino que ya habeis oído todos y todas la letra que gomaespuma ha propuesto como himno de España:

http://www.youtube.com/watch?v=3mSCOYyoq_g

A mi, sinceramente, no se me ocurre nada que nos defina mejor :-)

Anónimo dijo...

Querida, en un mercado de Taipei, hacen un número con una serpiente. Luego la rajan de arriba a abajo delante neustro, sirven su sangre en una jarra mezclada con un licor, y la dan a beber a los que por allí andábamos.
Dicen que sirve para alargar el miembro.
Y allí que se me levanta la mano (me da a mí que estaba conchabada con mi miembro).
Me lo bebo ante las atónitas miradas de los extranjeros.

No.
El tamaño de mi miembro siguió igual.

Anónimo dijo...

Acabo de ver tu comentario en el blog de Microalgo (esta blogosfera que a todos nos ata) y te he escrito algo. Por si no lo ves allí, que a veces es difícil, te lo escribo aquí tambien:
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Coñes, Carmen... pues yo he comido carne de cabra muchas veces y la recuerdo con cariño. Mi familia paterna proviene de las Alpujarras y siempre, tanto allí como en sus asentamientos sevillanos, han tenido cabras y chivos, y en las reuniones familiares era eso lo que comíamos. A veces también carne de caballo, mi tío José era muy aficionado a ella y recuerdo grandes reuniones familiares a base de carne de caballo y sangría. Y en las casitas bajas del Polígano San Pablo recuerdo que mi madre compraba a veces carne de ballena y la hacía con tomate. Yo la recuerdo como algo delicioso, pero en aquella época yo tenía ocho o nueve años, así que a lo mejor es nostalgia culinaria de las comidas de mami...

Carmen dijo...

Atikus... qué tierno!!!! ¿Lo asqueroso lo dejas para otro día?

carrascus... crujiente, qué bien suena! Puede ser que el alcohol mitigase un poco el sabor, pero tampoco creo que le quedase ya mucho ¿no?

Josemaría... pedazo de himno! Hay alguna cosilla más que añadir a la lista, pero no sé si esto lo leen menores... ejem...

Red, qué auténtica guarrada!!! Pero, sinceramente, creo que también la hubiese probado (algo nos haría a nosotras ¿no?)... y bueno, no sé, será que bebiste poco y a lo mejor por eso no creció... ¿repetirás???

Anónimo dijo...

No es propiamente comida y ya me perdonarás que por esta vez permanezca anónimo.

Siendo yo virgen (a pesar de mi edad algo avanzada) conocí a una chica que gustaba del sexo oral. Pero el suyo olía literalmente a muerto. Era horrible. Me costó superarlo...

Anónimo dijo...

Que comidas tan raras, claro, ahí se ve la gente viajada coo tú y la que no.
En el Floridita de la Habana hacian una langosta exquisita y recuerdo que por un buen precio, al lado del hotel Habana Libre está la heladería Copelia, !que se puede decir de esos helados tan deliciosos!, bueno y buen mogito en la Bodeguita del Enmedio en la Habana Vieja. Te digo esto por si conoces a alguién que vaya a ir proximente. ¿donde va a parar estas exquisiteces con las serpientes, camellos...
Por último, por lo bien que escribe deberías dirigir una revista.
Nos vemos.

yinyang mason dijo...

¿Sabías que varios gusanos juntos mientras te los comes tienen un regusto a avellana bastante bueno? Por cierto, yo no sé que pensarán en según que países de nuestros caracoles.

Y otra cosa, en el mercado de la Boquería, en Barcelona, hay un puesto donde venden insectos. Está siendo todo un éxito. Si es que los polacos somos así...

Manu, The Java Real Machine dijo...

Buaaagggh... :P

La lectura de esas comidas me ha bloqueado de tal forma, que soy incapaz de pensar en si he comido algo tan repugnante...

Me has recordado a esa famosa escena del banquete en 'Indiana Jones y el Templo Maldito'...

Voy a desconectar y a pensar en esas raciones de Pulpo a Feira, esos 'chocos', mejillones y demás exquisiteces que como cuando me subo a Vigo... :)

Anónimo dijo...

Yo me lo como todo. Lo que a nosotros nos parecen guarradas son prejuicios culturales. Aquí, sin ir más lejos nos comemos a los cerdos enteros, hasta los cataplines, que finamente les llamamos criadillas. A mi me gustan, y os puedo asegurar que de lo que se como no se cría.

Mad Hatter dijo...

Veo que nadie se ha atrevido a comentar "otras comidas más picantes". No os asuteis, yo tampoco (je, je).
Lo que me faltaba pa´l body, ahora que estoy tomando unas pastillas para la alergia al polen que me revuelven un poco el estómago.
Si sirve, el otro día en la práctica de incendios había un champiñón silvestre en un prado, lo eché entre las brasas, luego lo cepillé con una mata de tomillo y pa dentro ¡Umm... qué bueno!

Carmen dijo...

anómimo: puajjj... vaya, espero que lo hayas superado!

Jesus, me has convencido, dirigiré una revista.

Javier, sabor a avellanas, pues no me convence. Y lo del mercado de Barna, le debo una visita cuando vuelva por allí a ese apetitoso puesto.

Manu, esas ostras tan riiiicas que hay en tu tierra!!!

periodista ¿cómo sabes que no se cría? ¿hay mediciones?

Mad, otro tramposo que elige lo sabroso. Ya sabes, que hay libertad de expresión...

Anónimo dijo...

Bueno, los tres ejemplos que citas han aparecido en los episodios de las "Pilot Guides" dedicados, respectivamente, a Yemen y Vietnam. Eso mitiga la sorpresa...pero no la impresión.
Aunque hay que hacerse a la idea.
Dentro de pocos años, cuando terminen de tirar del tapón y todo este mundo se haya ido por el fregadero, los que queden se podrán considerar afortunados si encuentran una cabra o una serpiente para llevarse al estómago. Eso si no son ellos los que acaban visitando las tripas de algún otro animal.

Anónimo dijo...

ambrosio... qué espectáculo de futuro! Seres humanos decrépitos, sin pelo, arrasados por la química que nos daban en las ensaladas, devorados por grandes monstruos babosos y malolientes... (suena peor que el camello con pelos... sí)

selom dijo...

Yo he comido carne de Avestruz, y sangre frita de cerdo "mas comun".

Por lo demas ehmmmmm pues no se pero la carne esa no ta mal.

:D SAludos