lunes, 9 de febrero de 2009

El rincón del viaje: Rawalpindi




Los mercados son espacios vivos. Los de Pakistán bullen. Y el de Rawalpindi parece sacado de un cuento. Los montones de especias de vivos colores se mezclan con el olor, y las invitaciones de los vendedores para que se compren sus productos inundan los sentidos de los que se aventuran por sus destartaladas calles.

En la parte vieja de la ciudad de Rawalpindi se mantienen los oficios más ancestrales. Conviven los sastres que hacen la ropa a medida en cuestión de horas… con los carniceros, con los hortelanos que ofrecen el producto recién arrancado de su huerta y con los quiromantes, que por muy, muy poco dinero, leen las manos que se tienden ante ellos.

Son tan poco los occidentales que llegan hasta este antiquísimo mercado viejo de Pakistán, que por unos momentos se para la actividad para mirar detenidamente a los turistas que se acercan a sus calles. La convulsa historia del país no invita a los tour operadores… ni a los vuelos charter a aterrizar en un territorio lleno de valles, de picos que son el sueño de escaladores. Por eso el mercado de Rawalpindi, Pindi según denominan a la ciudad los que allí viven, es uno de los más auténticos que se pueden ver hoy en día. No hay en sus puestos ni una sola baratija destinada a atraer los billetes europeos. No hay postales a la venta, ni imitaciones de monumentos. Todo lo que hay es lo que necesitan los propios pakistaníes.

Pindi es una ciudad-caos. Islamabad, la actual capital, es una ciudad planificada por la nueva mentalidad urbanística. Se podría decir que es ordenada. Y Pindi, la antigua capital, es su polo opuesto. Es el desorden, es el punto de partida de la carretera a Cachemira. Es el punto de partida de la aventura de una carretera de más de 1.000 kilómetros que lleva hasta China. Unos kilómetros en los que los picos son escarpados y rudos. Son puntiagudos porque son jóvenes. Los terremotos siguen modelando este territorio en el que el último movimiento supuso la muerte de decenas de miles de personas. En Pindi, demasiadas cosas, están todavía por hacer … y por descubrir.

13 comentarios:

Lena Yamantua dijo...

gracias por hacerme viajar

Paco Becerro dijo...

Jodér Carmen, que apetecible...

Casi huelo las especias... desde aquí.

Anónimo dijo...

Sigue, sigue... esta forma de viajar es de lo más sugerente. Me encanta. Besos.

Tanhäuser dijo...

Genial, como siempre.
Un placer viajar con la imaginación de la mano de tus letras.
Besos

atikus dijo...

La verdad es que es impresionante, cuando nos vamos? ;)

besitos

Mad Hatter dijo...

"En Pindi, demasiadas cosas están aún por hacer". Es decir, en Pindi hay muchas cosas pendientes ¿A que adivino lo que te compraste? Muy fácil y evidente: Unos bonitos "Pindientes".

Anónimo dijo...

Qué cantidad de cables aéreos se ven en las fotos que has puesto. Se nota que por allí aún no ha llegado la modernidad...

El día que todas las compañías dueñas de esos cables comiencen a soterrarlos van a poner sus calles de zanjas que ríete tú de Madrid y Sevilla juntas...

frikosal dijo...

Menudo viaje !

Paco Becerro dijo...

Tras conocerte en directo, aún sigo con la sonrisa puesta. Qué bien lo hemos pasado, la Rubia y yo recordando la cena gamberra de anoche contigo, Eva, Julio, Nacho, Atikus y Arwen.

Otro beso viajero

nancicomansi dijo...

Que valiente que eres, chica...
A mi tanto "caos" me aturulla...

Un besín!!

Manu, The Java Real Machine dijo...

Me encanta...

Ya lo he dicho antes, pero lo repito, todos deberíamos de viajar por el mundo y conocer otras culturas, otros países y otras gentes.

Estos lugares, tan lejos de nuestras ordenadas ciudades, tienen algo especial que nosotros perdimos hace mucho.

Le Mosquito dijo...

"Todo lo que hay es lo que necesitan los propios pakistaníes."

Esto me suena a mi infancia. Entonces aquí (como ahora allí) también nos sobraban cosas, y tipos con bigote y gafas negras.

PD:
¡Ja, ja, ja...! (Risas para el chiste de Mad)

Carmen dijo...

Después de muchos mocos, de los desvelos que me ha dado Garzón y las incertidumbres ya pasadas de Bermejo... puedo reaparecer!

¿Qué contar? Pues que ya os contaré ese encuentro con los amores amadrinados de Mad y Eva... esa noche con Atikus y el rubio sin blog... Esa noche con la verdadera rubia azabache que me encanta por su naturalidad fresca... esas risas cómplices con el Futuro Bloguero con el que pasaría horas divertidas hablando... y esa buena vibración con la recién conocida Arwen...
Todo llegará!!!

Y dejadme una sonrisa y un beso tan especial para el mosquito..... tanto tiempo esperando tu pinchazo!!! Me emociona leerte otra vez y deseo tenerte por aquí mássssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss