jueves, 18 de octubre de 2007

Y ahora yo


Ahora os voy a contar como imagino mi vida después de la jubilación. Está inspirado ese deseo en una pareja francesa con la que coincidimos en el viaje de verano que hicimos a Yemen (en la foto) el padre de mi hijo y yo hace ya más de 10 años. Los dos miembros de la pareja sobrepasaban los 70 años y el 1,70 de estatura. Tenían unos cuerpos angulosos, finos y cansados, pero dispuestos a seguir viviendo. Coincidimos con ellos cerca de Mareb, en una montaña donde vivía uno de los pueblos más curiosos del machista, atascado y subidamente integrista Yemen. Se trata de una población en la que las mujeres son las que se dedican al comercio, a la obtención de la riqueza que sustenta a toda la comunidad. Hacen telas coloridas, llenas de juegos visuales divertidos. Y bajan a la ciudad a vender las telas y todo lo que producen.

En el camino que lleva hasta ellas paramos para tomar un té, y allí estaba la pareja francesa. Solos, con un guía, tranquilos, a ritmo lento, bebiendo y acercándose a un país hermoso, desconocido y severo. Sin temores, sin ansias de ver rápido, los dos aprovechaban sus cuerpos y sus mentes para conocer.

Desde que los vimos, tan cercanos, pensamos que esa es una magnífica forma de envejecer. Y ahora, después de tanto tiempo, sigo pensando que es la más maravillosa de las jubilaciones.

Me gustaría seguir teniendo mi casa de Madrid como punto de referencia a la que llegar después de un largo viaje. Una casa en la que descansar y en la que ver a la gente que quiero aquí. Un refugio de primavera o de otoño en el que planear el siguiente viaje. Porque quisiera tener en mente siempre un siguiente viaje que realizar con la persona a la que quiera….

15 comentarios:

CurroClint dijo...

Carmen suscribo tus palabras. Es exactamente mi sueño. Por cierto, hablando de Yemen ¿No te llamo la atención el excesivo consumo de hojas verdes de Khat? Algo que fomenta el gobierno de allí. Una planta natural, que en exceso, aplaca el hambre, los sentidos y el entendimiento... Un opio del pueblo, para mantenerlo callado y obediente. No sé si hace 10 años era igual. Ahora es así. Viajar a otros mundos hace sentirse más humano.

Carmen dijo...

Sí Curro, ya había entonces un exceso de consumo de khat. Nosotros íbamos en un 4x4 y el conductor se volvía loco tomándolo. Paraba cada mañana en los mercados para comprar y desde primera hora iba haciendo una bola en su boca con las ramas que, al final, e convertía en una masa gigante que le colgaba del carrillo. ¿Lo probaste? Yo sí... y me pareció algo así como la maría, pero más suave. Ahora, me destrozó la boca por dentro. Cuennnntame

CurroClint dijo...

No he estado allí ni lo he probado. Sólo tengo el canal Viajar, que viene en el lote con internet, la tv y el tefno. ya sabes. Es mi canal favorito y casi lo único que veo de la tele. Lo probaría, no es pelgroso, si no se hace necesario... Un beso

Anónimo dijo...

Pues ya sabes, Carmen... tú que parece que curras en la prensa, podías ir ya iniciando una campaña para que en futuro próximo el Inserso nos pague a los próximos jubiletas algunos viajecitos más interesantes que los que hacen a Benidorm y Mallorca...

Carmen dijo...

Curro, no es peligroso. Fíjate que se tienen que tomar litros de algún refresco de cola para que suba el efecto! No es más adictivo que la maría, pero para los habitantes de allí es una auténtica droga que incluso ha llevado a la desaparición de campos de cultivo de alimento. Ya no se cultiva su famoso café, casi únicamente khat, que desde luego no tiene ninguna salida internacional. En la boca se hace una masa, pero su jugo es fuerte, vamos, a mi me dejó las encías y todo el interior de la boca medio abrasado... y no le pillé ningún punto. Peeeero.... había que probarlo estando allí! No sé resistirme demasiado bien a las tentaciones... besitossss


Carrascus, sí, curro en la prensa, pero me temo que hasta que no me hagan directora y pueda hacer campañas a gran escala nos vamos a quedar en la playita. Aunque podremos quedar a los 65 para ir de viaje por nuestra cuenta ¿no?

frikosal dijo...

Cerca de donde vivo hay una montaña, solamente se puede subir andando. No es que sea muy alto, pero una horita no te la quita nadie. Arriba hay un restaurante, suben la comida con burros. Es un lugar basnte especial. Algún día entre semana puedo ir a comer, una o dos veces al año.

Más de una vez, en la mesa de al lado, he visto un grupo de amigos, jubilados, hombres y mujeres comiendo tranquilamente, parecidos a los que tu cuentas. Cuentan historias de hace años, de montañas de verdad. Se conocen de toda la vida y es muy bonito ver como han mantenido esa amistad.

Anónimo dijo...

Ya me gustaría llegar a mí así: tranquilo, a ritmo lento, sin temores, sin ansias ... pero a diferencia de tí no en Madrid, para mi Madrid es la antítesis de todo eso.
Y viajar, claro, ahora lo tenemos parado, por circunstancias, ya viajamos antes y en un futuro cercano reanudaremos nuestros viajes, con la mochila al hombro, la cámara, la guía de turno, un plano y muchas ganas y con esa serenidad que has descrito.
Hasta luego..

Manu, The Java Real Machine dijo...

Toltamente de acuerdo... después de toda una vida trabajando, apenas viéndote con tu pareja y disfrutando de muy poco tiempo libre del uno con el otro, educar a los hijos, preocuparnos por nuestros padres, amigos y conocidos... no puede haber nada mejor que dedicarte a conocer el ancho y vasto mundo con la persona que quieres a tu lado...

Anónimo dijo...

Seguramente habrá muchos lugares para disfrutar de una juvilación, yo me quedo con mi pueblo, y sobre todo con mi tiempo (cuando me toque).

He encontrado unblogger en internet de una gallega de 95 años, es otra forma de disfrutar de su juvilación.
http://amis95.blogspot.com/

Mientras tanto, buen fin de semana para todos y para ti Carmen un gran abrazo.

Carmen dijo...

frikosal, espero pedirte algún día esa dirección para ir a ver esa pequeña montaña, para subir y abrir las ganas de comer en ese restaurante. Suena todo tan bien... Quizá sea un sitio para volver luego y contar historias de juventud, de madurez....

Jabel, yo ahora también estoy más parada, pero confio en volver a pensar en viajes como los que hubo antes. De todas formas Madrid lo considero en mi imagen de futuro como una parada, eso sí, larga... Qué pasada ir por ahí... (suspiros)))

Manu, pues tenemos en nuestra mano hacerlo... siempre que los achaques nos dejen, pero seguro que viajando son menos.

Tu pueblo y tu tiempo, tampoco suena nada más, y en ese tiempo quedará un rato para que charlemos ¿verdad?

oveja dijo...

me gustaría también jubilarme así, pero para eso tendría que empezar a buscarme el compañero de viaje...y si no, tener las suficientes agallas para disfrutarlo en soledad

Clodovico dijo...

Yo cuando me jubile me conformare con tener salud, ¿para que ir al Yemen si te duele todo por la edad?

Carmen dijo...

oveja, todavía te queda lejos... quién sabe como estaremos cada uno en esos momentos...

clodo, ¿no eres muy joven para empezar a conformarte ya????

almamatters dijo...

Viajar, que hermosa experiencia. Planear viajes es una fantasia espectacular que todo el mundo deberia tener y si se puede concretar, ¡mejor aun!

Le Mosquito dijo...

Espero que para entonces tus cotizaciones a la SS te permitan viajar así.