
El trabajo me llevaba esta mañana a
Con sorpresa elevo la mirada y veo a dos hombres, uno de ellos con poblada barba negra y con una parte de la túnica descansando bien doblada sobre su hombro derecho. Debajo, una camisa también naranja. Son dos de los desaparecidos Hare Krishna, la secta bailona que inundó durante años las ciudades reclutando ilusos, y que me miran preguntando a qué piso voy.
- Al sexto -contesta el hombre del traje- vosotros también ¿verdad? Os he reconocido.
- Y nosotros a ti, responde el de la barba. Aunque –añade- hoy hayas venido de incógnito.
- Sí, el traje me hace pasar desapercibido entre la multitud.
- En la calle, pero no aquí.
Decido no ponerme a temblar en un ascensor tan antiguo, vaya a ser que no aguante bien la vibración del miedo ¿Dónde estoy? ¿Saldré de ésta? ¿Quiénes son los de naranja? ¿Y el trajeado de incógnito? ¿Por qué el teléfono se ha quedado sin cobertura? ¿Serán Hare Krishna o entes de otro lugar? ¿Despegaremos de inmediato y desapareceré sin poder, al menos, despedirme de este blog?
El mar de dudas no incrementa el peso de la cabina del ascensor. Puedo respirar. Pero no mucho, que los tres me empiezan a mirar ya… y me interrogan. De dónde vienes, cómo te llamas, es la primera vez que te pasas por aquí…
Aprietan el botón y el ascensor inicia su ascenso. Es tan lento. Tarda tanto ¿Seguro que se mueve? ¿Por qué me siguen preguntando? Y es más ¿por qué ríen?
El viaje puede ser interminable, pero no es más que una sensación. Con un chasquido y un golpe seco el ascensor aterriza. No sé dónde, pero se ha parado y la puerta, girando un pomo, consigue abrirse.
De la puerta izquierda salen voces. Paso, vuelta a las preguntas y respuestas. Es una oficina, me sugieren pasar hasta el fondo. Y… qué voy a hacer. Delante de mi aparece el final de un pasillo. Pero detrás están ellos, los tres.
Avanzo. Ruido. Una gran mesa. Un hombre, también con barba ¡Lo conozco! Es Mariano Fernández Bermejo. Es el bajista metido a ministro de Justicia ¡Pues claro, si vengo a una rueda de prensa de él! Alivio, cables, preguntas, evasiones….
Pero los tres se han sentado detrás de mi.