¿Y tus manos?

Sí. Es una estupenda idea. Manu proponía en una entrada anterior que enseñemos por aquí nuestras manos. Sería una especie de Meme que ha ideado y que nos llevaría a mostrar alguna parte de nuestro cuerpo... Yo pongo aquí mi mano, de la fotografía, precisamente, que utilicé para la imagen que se puede ver a la derecha ¿Nos enseñas la tuya? Si utilizas mi dirección de correo electrónico, la que aparece a la derecha, yo pondré tu mano fotografiada... pero si hay preferencia por poner un enlace en tu blog, también sería una buena idea ¿Te animas?

(YA TENEMOS 5 MANOS.... ¿ESPERAMOS MÁS Y LAS DESVELAMOS!!!!

Estridencias

Les ha dado por llamar la atención con el ruido. Vamos a tener que proponer multarles, como ha pasado ya con el ayuntamiento de Alcobendas, condenado judicialmente por exceso de volumen. Los que quieren ahora destrozar tímpanos suelen ser jóvenes que se sienten orgullosos de sus teléfonos móviles. Y de su música. Entran en los vagones del metro, sin auriculares, y escuchando una música indefinida e indefinible utilizando como reproductor unos teléfonos sin calidad de sonido. No quieren su música para ellos, nos la hacen escuchar al vagón entero mientras la tararean, aumentando más el nivel de confusión. Algunos incluso se deciden a acompañar el jaleo con algún baile improvisado.
Para intentar evitar el caos he decidido llevar música yo también. Pero con auriculares, esa sí que es para mi. Así me escapo escuchando las letras que me hacen soñar o dejándome llevar por suaves melodías que acompañan a las duras noticias del periódico de cada mañana.

De unos ojos claros a las manos

Ya está. He llegado a la vida laboral, de nuevo. Pensé que no iba a saber ni apretar un botón, que no encontraría el tono de voz para hacer preguntas, que no distinguiría un titular de un burdo rumor, que no podría mirar a la cara de quien hace la rueda de prensa sin que se notase que (demasiadas veces) no me creo ni una pequeña parte de lo que dice... Creía tantas cosas que no han sido. Porque en realidad sí pude mirar a los ojos de Bono (son de un verde claro bonito, puede ser que lo mejor que tenga) cuando salió el lunes de la Audiencia Nacional. Y supe guardar los institintos destructores al esperar más de dos horas a que saliese del despacho del juez para escucharle decir, finalmente, que no iba a comentar sus palabras ante la justicia. Y supe distinguir ayer la noticia económica que daba Solbes anunciando que la recesión económica nos va a durar, al menos, hasta 2011. Vamos, que no se me ha olvidado nadar. Pero la mejor recompensa de estos días de jornada laboral ha sido ver las hermosas, suaves, limpias, lisas y masculinas manos de un lector que se sentó frente a mi esta mañana en el metro.

Colores marcados

Si eres pequeño tienes que llevar colores pastel. Si eres mayor, mejor los tonos oscuros, sin llegar al negro... que hace demasiado viejo. En la etapa intermedia de la vida se nos permite llevar muchos tonos, eso sí, siempre que vayamos a la moda. Y siempre sin romper demasiado los moldes, a no ser que lo haya hecho la susodicha moda. Hombres de rosa, ahora sí, algún toque atrevido, pero ya está. Verde vivo con el cáliz de una flor, sí, que en esta temporada está bendecido por la moda. Pero para chicas. Y ha llegado mi morado, el que tanto busqué sin encontrar durante años. No podemos ser dueños de nuestros colores, de los que exponemos ante los demás cuando nos vestimos. Nos han dominado hasta el color. Cuánto tiempo esperé a que llegase otra vez el negro que nunca he abandonado. Ya no tengo que escuchar bromas sobre mis eternas telas oscuras, pero es únicamente porque lo llevan todos los escaparates. Abajo esos tiranos. Tiranos que hacen que hoy no haya podido comprarle ropa a Darío. No quiero que lleve azul cielo de niño, ni beige horroroso, quiero la luz de un color vivo que no me dan. Tampoco me compré yo, es un simple-clamoroso-ridículo-por-pequeño "NO" a los que nos uniforman.

El no pensamiento

La cabeza está como vacía. Sólo "como", porque en realidad dentro bullen ideas y retazos. Pero hay monotema. Otras vísceras están llenas. Lo están las que albergan, aunque sea de pasada, los sentimientos. Y ahí entran desde el corazón hasta el estómago, el cerebro, las terminaciones nerviosas, las neuronas... y tantas otras más que desconocen mi vocabulario y mi entendimiento. Por este "no pensar" en alternativas es por lo que quiero, ya, volver a trabajar y recuperar mi vida social. Te espero lunes. Esta vez con deseo.