domingo, 22 de julio de 2007

La traidora mente de invierno


La idea de estar junto al mar me sigue atrayendo... y apenas sé por qué. Pensar desde Madrid en la brisa fresca, en el sonido del agua acercándose a la tierra o en el sabor salado del agua y de los cuerpos que se han bañado se convierte en una tentación. Pero eso es únicamente cuando estás lejos de una playa durante los meses de verano. Porque cuando te acercas a ella empiezas a darte cuenta de que lo que tienes en la mente es una idea de postal que queda en pocos lugares y que nada tiene que ver con la realidad.
Lo que hay en la mente es una idea, es un ente que no existe, es una foto fija en la que cada uno de nosotros ha ido borrando todo lo que no quiso ver, pero que está en nuestras playas. Durante los meses de invierno la mente va borrando de la fotografía de la playa de verano todo lo que no le gustó. Así, de la mente desaparecen las miles de sombrillas de colores imposibles que inundan la primera línea de playa desde que va apareciendo el sol. Mi mente de invierno me había hecho este año la trampa de olvidar las hamacas y las neveras sembradas en la arena. La muy traidora se había olvidado de los que juegan al "tenis" en la misma orilla metiéndote la raqueta por el costado según sales de agua. La muy gamberra había eliminado el sonido de la postal de una playa en julio que incluye voces llamando a niños, a abuelos o a vecinos. La muy perversa se había ocupado de eliminar la sensación de que lo mejor es mirar únicamente hacia la línea del horizonte porque si no lo que te encuentras con la vista son paisajes llenos de invernaderos de plástico, de urbanizaciones llenas de ladrillo o de chiringuitos estridentes. Pero apenas ha hecho falta una semana para que, de golpe, la realidad se haya encargado de decirle a la mente de invierno que este año no va a dejar que borre ni un solo detalle de lo que acaba de dejar de ver.

18 comentarios:

joan dijo...

Veo el mar desde mi casa, me encanta oir las olas, el olor a mar, las gaviotas, el azul brillante de los rayos del sol que rebotan en el agua, caminar por la arena y mirar el infinito en una noche llena de estrellas, el agua que le besa la piel y el silencio del invierno porque en verano es un asco.

frikosal dijo...

La playa, para que tenga sentido, debe de ser un espacio natural y no una prolongación de la urbe.

Existen unos pococs (muy pocos) lugares en los que la playa sigue siendo un espacio natural sin apenas personas (tampoco duchas, bares ni recogida de basura).

Se puede pasar del bosque perfumado de pinos y cigarras a la arena y de alli al mar. Y desde el agua se pueden ver abejarucos volando, aunque parezca mentira.

Pero ahora el alcalde ha cambiado y no se que planes debe tener.

atikus dijo...

A mí la playa no me atrae nada, la verdad...cada uno tiene sus gustos.
y claro con calor y mucha gente menos, así que este año volveré a irme unos días al País vasco una semanita, no creo que tenga que pasarme mucho rato por la playa. Luego me largaré a Hamburgo, y en Octubre quizás a México..así que eso yo la playa...

Anónimo dijo...

Yo, como atikus, también soy de montañas y este año me iré al Pirineo navarro. Ya de pequeño aborrecí en las pocas veces que fuimos a Chipiona y Matalascañas (las playas de los sevillanos) esa imagen de la playa que retratas tan bién (aunque te faltan pisar continuamente colillas, bolsas de plástico, servilletas sucias y cáscaras de sandia) y que seguramente antes era sólo común en las playas populares y ahora lo es en todas.

La solución: ser rico, como casi siempre. Seguro que a nuestro príncipe (por poner a alguien de actualidad) la idea de irse a la playa en su yate y "aparcarlo" en una cala casi inaccesible y a 150 metros de la orilla le sigue resultando una idea idílica para las vacaciones.

Anónimo dijo...

Pues yo tampoco era demasiado partidario de la playa hasta hace cuatro años, en que pude irme de esta forma. Es una lástima que el primer incendio gordo de este verano se haya llevado casi todo esto por delante. En fin, menos mal que este año la niña está animando otro camping un poco más al norte. Espero que sea (más o menos)igual.

De todos modos la playa cuando está bonita es cuando puede disfrutarse en primavera u otoño, sobre todo desde un bonito paseo marítimo... lástima que aquí tampoco haya playa... sería de lo poco que le faltase a Sevilla.

Así que eres paisano, no, Josemaría?

Anónimo dijo...

No sé porqué el link que he puesto sale en los comentarios... si lo abrís podeis pasar de ellos; tirad con el ratón hacia arriba, hacia el cuerpo del post, que es realmente lo que os quería enseñar.

Anónimo dijo...

Carmen, celebro que aun estés por ahí dejándonos tus siempre acertados cometarios.Una semanita en Galicia donde aún quedan algunas playas sin tanto apartamento, eso sí con el agua muy fria, pero las vistas y la tranquilidad merecen la pena. Ver el mar desde los acantilados de Estaca de Bares, la Garita de Herbeida... te lo recomiendo, os lo recomiendo a todos. Felices vacaciones.

Tanhäuser dijo...

Cuando los que vivimos en la costa nos vamos al interior de vacaciones, por algo será, jejeje.
Besos y paciencia.

Javier Úbeda Fernández dijo...

No te falta razón. Y sin embargo, cuando te sientas en la orilla -justo en la orilla- y miras al horizonte sintiendo la brisa, desaparecen las sombrillas, aunque las tengas justo detrás...

Luiso dijo...

Hola Carmen
Quizas por lo que tu comentas he subido a mi blog una foto tan sencilla y simple como que solo veo mar, en el fondo es lo que queria ver no?
Un saludo

Mad Hatter dijo...

Pues yo no olvidé todas esas cosas que dices de la playa, se me quedaron muy bien grabadas desde hace mucho tiempo. Por eso no voy nunca a las playas masificadas en verano, al igual que Atikus, no me atrae nada la idea.
Como podeis ver ya he regresado de mi viaje por las Américas, todos sanos y salvos, gracias a Dios.
Saludos.

yinyang mason dijo...

Una sugerencia: Platja del Trabucador, Delta del Ebro... Pero no se lo digas a nadie. Sssssh!

Anónimo dijo...

Oi, achei teu blog pelo google tá bem interessante gostei desse post. Quando der dá uma passada pelo meu blog, é sobre camisetas personalizadas, mostra passo a passo como criar uma camiseta personalizada bem maneira.(If you speak English can see the version in English of the Camiseta Personalizada. Thanks for the attention, bye). Até mais.

Manu, The Java Real Machine dijo...

A mi me encanta la playa, y la montaña... por eso me gusta tanto la zona de Vigo... tienes los verdes montes, junto a las playas bañadas por la Ría... una gozada para el que guste de refrescarse junto al mar, o disfruta de coger la bici y recorrer los enrevesados caminos del monte entre pinos y eucaliptos...

Pero la verdad es que tienes razón... muchas playas están tan 'urbanizadas' que han perdido todo su encanto...

Yo recuerdo especialmente la de Torrevieja, donde casi tenías que pelearte para echar la toalla y apenas se veía la arena...

Pero aún así, aún quedan playas como la del Sardinero en Santander, la de Noja o la de Laredo donde uno aún ve mucho espacio libre y menos 'intrusión'...

nancicomansi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
nancicomansi dijo...

Estoy con Frikosal. La imagen actual de la playa es la de un lavabo gigantesco, con una bañera enorme, en la que todos se bañan unos delante de otros...
Ni loca me levanto yo a las 5 de la mañana a plantar mi sombrilla, ni sorteo toallas y aguanto horteras de medio pelo echándome arena en la cara jugando a lo que sea...
Lo has dicho tú: La playa ideal está en las postales...por ejemplo, añado yo, en las de los 50's, principalmente de Hawaï, con Elvis y sus collares de flores de colorines...

Anónimo dijo...

Esto ha sido un descubrimiento del que espero participar

X dijo...

La playa (la costa, el mar...) para mi que tengo la suerte de tenerla al lado de casa es insustituíble y forma parte de mi vida. Su belleza intrínseca en mi opinión es indiscutible. Otra cosa muy distinta es saber hacer uso de ella con respeto. Además de una playa a otra hay un mundo, que normalmente lo marcan las personas que la frecuentan. Por aquí muchos desean que pase agosto para poder seguir disfrutándola con respeto y civismo. Yo la necesito más que nunca también en agosto, porque no me imagino un agosto sin playa, sin mi playa.

Saludos