jueves, 3 de mayo de 2007

Un trozo natural


Estas vacaciones las he pasado en uno de esos campos que todavía quedan sin presión del ladrillo. Las encinas centenarias han crecido en la cara sur del pico Mágina y dan más sombra que los toldos; el suelo que hemos visto en las laderas es verde, pero no del césped artificial para campos de golf que nos venden las corporaciones municipales, sino de pequeños arbustos que crecían salvajes después de un año rico en agua que ha llenado los bordes de sus ramas de pequeñas flores moradas. Y mi hijo, acostumbrado al asfalto, ha corrido entre la suavidad de un terreno que habitan por la noche los ciervos y los jabalíes. El moho y el musgo crecen entre las rocas de sierra Mágina demostrando que el aire que allí se respira tiene denominación de origen: limpio.

Mario ha jugado entre las ruinas del castillo de Mata Begid que se disputaron durante años las tropas cristianas y las árabes que peleaban por la conquista de Granada. Y ha gritado a los cuatro vientos su reinado sin que le oyesen más humanos que nosotros mismos. Mario ha sido el rey de un castillo con princesa, su prima Lucía, a la que imaginaba con largas trenzas mirando con los ojos soñadores las llanuras que estuvieron pobladas de luchadores. Juntos descubrieron un trozo de historia entre el verde del suelo y el azul y blanco que desprendía el cielo.

La vuelta a Madrid la hicimos por la autopista y descubrimos un bosque que nos dio miedo. El bosque de grúas que rodea Madrid llenando los páramos de ladrillos, de edificios que quieren llegar a las nubes y de césped que lucha por sobrevivir en las nuevas urbanizaciones. Vimos en los alrededores de Madrid, en la radial que conecta con la autovía de Andalucía, un paisaje dominado por el hierro, por las construcciones sobre la nada. Mario solo salvó a unos pocos: “Mamá, los obreros no tienen la culpa, ellos trabajan para ganar dinero”. Sí hijo, ellos no la tienen… los demás sumamos un poco cada uno, y los responsables no pisarán ninguna cárcel sino mullidas alfombras traídas de los mismos rincones de los que llegan los que trabajan para ellos en las construcciones.

Foto: Son el rey, junto a la princesa.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonita zona la de Sierra Mágina. Yo la veía desde la ventana de mi casa cuando estuve viviendo en Baeza.

No fuiste a visitar a la mujer de las caras de Bélmez? :-D

Anónimo dijo...

Pero que bien te sientas las vacaciones carmencilla...

Manu, The Java Real Machine dijo...

La verdad es que Madrid cada día es más feo...

Y se ven cada vez menos árboles...

Yo lo noto mucho cuando vengo de Galicia... al salir de Orense ya empiezas a ver mucha llanura, aunque casi todo son campos de cultivo... pero tras cruzar la Sierra, no se ven más que ciudades.

Ahora que está tan de moda el tema del Cambio Climático, el otro día pensaba...

Dicen que la culpa es del aumento del CO2... y por ello piden que se coja menos el transporte privado... bien, pero... ¿por qué al mismo tiempo no reforestan toda la llanura alrededor de Madrid?...

Los árboles, después de todo, son los que se encargan de limpiar la atmósfera de CO2, así que lo lógico sería reforestar tanto terreno devastado con antiguos cultivos que ahora sólo esperan la recalificación de turno para dar el pelotazo...

Una pena... una auténtica pena.

Anónimo dijo...

Me he quedado maravillado, con tu escrito........... que bien transmites. Gracias por tu blog.

Manuel Pozo dijo...

Tienes un chico muy guapo :)

Tienes razón. Lo único que tiene de bueno el vivir en una ciudad como Madrid es que se aprecia más y mejor la Naturaleza.

Una sensación parecida a la tuya la tuve yo cuando fui al pueblo en Semana Santa. Perderse por un camino solitario y escuchar... el silencio. Realmente conmovedor.

Mad Hatter dijo...

¡Muy bien Carmen!¡Qué campera!¡Así me gusta!
Las matas de flores moradas son Tomillos.
Manu, desgraciadamente reforestar la meseta y los alrededores de Madrid, técnicamente es bastante más difícil que hacerlo en Galicia, y desde luego hacer todo ese esfuerzo para que a los cinco años se construyan edificios, autopistas o polígonos industriales no tendría ningún sentido.
La pregunta que alguien tendría que hacerse alguna vez es ¿Hasta dónde y hasta cuándo puede crecer una ciudad?

Carmen dijo...

Hola izk!!! Preciosa ciudad Baeza, que me he dejado esta vez de lado por falta de tiempo... pero siempre es un lugar al que vuelvo, entre otras cosas para ver el maravilloso patio de mi tía. Y no, no vi las caras esta vez, pero hablamos de ellas. ¿Sabes que ha muerto María? Un día os contaré la historia que conozco de ese sitio, sobre el que escribí varias veces hace algunos años. Me has dado una buena idea. ¡Gracias!

Josemaria... qué gusto irse y estar fuera y ver a otras gentes y escuchar el acento andaluz!

Manu, yo vivo cerca de la Casa de Campo y nos escapamos por allí domingos por la mañana que parecen perdidos. Y es una salida estupenda, al menos es un remanso tranquilo en mitad de este bullicio.

Tuan tua, ya sabes que te mando los más dulces besos.

Manuel, sí que es un cielo, es mi cielo ;) Mira que yo he estado años dándole la espalda al campo, porque mi preferencia clara era la ciudad. Ahora no invierto los gustos, porque las ciudades me flipan, pero también descubro ese sentimiento de unidad con el campo.

Mad, besitossss. Pues que ya ves, ahora voy haciendo rutas a pie por el monte y me molesta que por los caminos rurales vayan los coches llenos de mirones. Ala... que anden un poquito! Y tu pregunta no creo que tenga respuesta por parte de los comunes de los mortales, porque están los especuladores que mandan mucho más que tú y que yo...

Anónimo dijo...

Mi intención era escribir algo parecido a lo que te dejó "TuanTuan (de los Tuan de toda la vida)". Para no caer en rebundancias añadiré que me has maravillado con tus expresiones, ya tengo ganas de leer tu proximo "post". En cuanto al regreso a las ciudades creo que tod@s l@s que vivimos en ellas, padecemos ese tipo de sentimientos en cuanto volvemos despues de llenarnos los pulmones de vida.
Un beso de agradecimiento.

joan dijo...

Lo más bonito de la naturaleza, es con quien la compartes, con el rey de la foto y la princesa, te debes sentir una como una reina.

Anónimo dijo...

Carmen, eres muy lista, te vas al campo en el mejor momento, lluvia, sol, lluvia...primavera...
Pues que sepas que en Madrid el Retiro tenía un color precioso, las hojas de los árboles en su mejor momento y que decir del Paseo de la Castellana...
Solo quería darte las gracias por ese estupendo artículo, se ve que las vacaciones te sientan bien.
Un saludo

atikus dijo...

Que maja la foto y tu chaval!
Bueno pues a mi Madrid me sigue gustando, seré un masoquista que le voy a hacer, pero me encanta!!

En fin se acabaron estas fiestas, pero no desesperar que enseguida tenemos a San isidro, hay que ser positivos, ademas ya es viernes!!

Manu, The Java Real Machine dijo...

mad, ahí está la cuestión...

Si no se hace, es obviamente porque están pensando en las futuras recalificaciones...

Para mi las ciudades tendrían que tener un límite, y obligar a separar las ciudades con bosques...

Porque al final, a base de construir acabas por no saber dónde empieza una ciudad o dónde termina la otra... algo que ya nos sucede en Leganés con Getafe, o Alcorcón con Móstoles...

Mad Hatter dijo...

Totalmente de acuerdo, Manu, es lo que se llaman las "áreas metropolitanas", algo totalmente monstruoso.
El problema estaría en que esas limitaciones repercutirían en elevar aún más el precio de la vivienda.
El problema es complicado, porque al final llegamos inevitablemente a unas preguntas aún más peliagudas: ¿Cuánta gente feliz cabe en un país? ¿Cómo se puede limitar el número de habitantes en una determinada zona sin que resulte traumático?

Carmen dijo...

Las ciudades se están llenando de ladrillo y todos sabemos a qué se debe. Las noticias se encargan de recordar todos los que están investigados, y nosotros nos imaginamos todos los que no están y deberían... y la forma de acabar con esto sería la voluntad decidida de terminar con la corrupción. Pero eso, de momento, no es la prioridad de los partidos políticos. Los partidos mayoritarios llevan en sus listas a pesonas denunciadas y con la boca pequeña anuncian medidas de transparencia. Hipócritas.

Anónimo dijo...

Conozco Sierra Magina y es una maravilla, tengo la suerte de verla desde Baeza. En otoño es precioso visitarla, tiene un colorido maravilloso.
Ya que habeis citado las caras de Belmez, me gustaria que hablaras de este tama, y luego te dare mi opinion, hace poco las visité.

Los niños estan preciosos..que caritas mas dulces.


Me encanta tu blog, trasmites mucho y nos hacer pensan en cosas
importantes, que pasan en nuestro alrededor sin apenas darnos cuenta.

Sigue adelante, Besos mil....

Ah¡ el patio esta precioso esperando vuestas visitas.

Carmen dijo...

¡Qué ganas tengo de ver ese patio! Hemos estado hablando de ir ya mismo a hacerte una visita. Tenemos que hablar despacio a la luz de la luna, de las estrellas de Baeza y entre el olor de esas plantas que sube mientras tomamos una cerveza. Haznos sitio! Miles de besos.