lunes, 2 de abril de 2007

El cambio físico como espectáculo

El nuevo programa de Antena 3 que paga operaciones de cirugía estética está poniendo sobre la mesa, una vez más, la degradación de la persona en pro del espectáculo. Comparto con Vicente Verdú que es otra vez la clase obrera, la pobreza, la que está dando espectáculo con el que alimentar el ocio social. Feos y feas sin posibilidades económicas se ponen en manos de las cámaras de televisión para exponer sus defectos, luego su dolor y, al final, toda una lista de aspiraciones que esperan conseguir únicamente por haber mejorado su aspecto.

El dolor sigue vendiendo, y la confianza en los cuentos de hadas. El patito feo se reconvierte y nacen princesas por una noche. Los novios recuperan el amor por una pareja a la que ya no apreciaban... los maridos sueñan con la idea de que la que está a su lado en la cama después de dos meses de ausencia es otra señora diferente a esa que compartió colchón a lo largo de años. Las madres ven que lo que su naturaleza no supo transmitir a la descendencia se arregla con los bisturís y con el sufrimiento. Los padres se emocionan mirando a una persona tan desconocida, pero que parece tan feliz.

Y los amigos, los compañeros, se sorprenden con los resultados y quizá sueñan en secreto todo lo que les gustaría cambiar. Esa noche, en sus casas, recordarán la imagen pasada y en sus retinas aparecerá su propio cambio hecho realidad.

Lo lamentable es que un complejo y su superación se convierta en un espectáculo a la venta ante los ojos de todos. No me gusta ver las caras del antes, expuestas como ejemplo de mal hacer de la naturaleza, y las sonrientes expresiones del después llenas de maquillaje, peluquería y trajes caros que no se volverán a repetir.

Quien quiera cambiar, quien lo necesite, adelante. Para los que concursan les deseo lo mejor. Para los que viven del espectáculo y lo alimentan... una lágrima de tristeza degradada.

4 comentarios:

Manuel Pozo dijo...

Tienes toda la razón. Yo no veo mucho la tele (tengo muchas cosas mejor que hacer, ya sabes) pero el otro día estuve viendo un ratito ese programa, y pensé:"A esta, lo que le hace falta es un psicólogo que le suba la autoestima, no someterse a todo eso".

Además, eso de hacerse pechos, labios, liposucciones, pómulos, dientes, nariz... ¿en sólo dos meses? Es una barbaridad. Los médicos están vendiendo la ética. Me parece una vergüenza.

Y van a conseguir que más de uno/a se ponga a mirar precios de cirujanos plásticos en busca de un milagro que, como dices, es más de maquillaje e iluminación. Y no todos los profesionales son como los de ese programa, que son de lo mejor que puedes encontrar.

Dicen que la culpa de todo esto es de la gente que ve estos programas, pero ¿dónde queda la ética profesional? ¿Quién regula este tipo de espacios?

Penoso.

Carmen dijo...

La ética profesional se vendió hace mucho al mejor postor, y la regulación queda en manos de las cadenas. ¿Recuerdas un código ético que firmaron todas las televisiones para respetar el horario infantil? Pues les ha dado lo miso, el famoso Tomate sigue a la misma hora. Y los anuncios de comidas que fomentan la obesidad...

Anónimo dijo...

Me parecen pateticos ese tipo de programas, y aun mas que no seamos capaces de cambiar de canal. Pero esto vende.

Anónimo dijo...

Lo que vende en estos programas es el morbo, el ver lo que hacen on otras personas, y ver como a una señora que no conoces de nada le cambian la nariz, los pomulos y la maquillan y parece otra persona.
El otro dia haciendo zapping vi un trozo del programa, salia una señora cuyo unico "defecto" era la nariz y el peinado. sin embargo, tras pasar por el quirofano le cambiaron los pomulos la barbilla la nariz y le quitaron las arrugas de la frente con botox. por supuesto estaba con un traje caro, un buen maquillaje y un peinado que le favorecia.
Lo unico que necesitaba esa señora era saber sacarse partido, y aprender a arreglarse mejor, ademas de ganar un poco de autoestima.
para mi, no solo son pateticos estos programas, sino la gente que Se entretiene viendolos